lunes, 9 de febrero de 2009

¿AVANZANDO HACIA EL PRECIPICIO?

Hacia un futuro incierto. Todavía hoy son pocos que se atreven a pronosticar el Internet del mañana. Incluso teniendo en cuenta y partiendo de la tecnología que hoy dominamos, resulta complicado proyectar una línea de actuación de dichos sistemas, lo que hace necesario que estemos preparados para cualquier sorpresa. Las ideas y los nuevos proyectos circulan, se dejan caer en vídeos, en prensa o en la propia web, pero sólo son eso, suposiciones.

Quizá únicamente los jóvenes sean los más predispuestos a avanzar hacia un futuro donde todo gire en torno a Internet y donde éste sea imprescindible. Es su “bandera generacional”, su icono, el mundo en el que han crecido. Ellos lo harán suyo y lo moldearán a su gusto apartándolo, probablemente, de lo que conocemos hoy.

Aunque sea difícil saber a ciencia cierta lo que va a pasar, sí es verdad que día a día Internet se va incorporando a nuestra rutina y a nuestra forma de vida sin apenas darnos cuenta: tenemos acceso a él a través del teléfono móvil, cualquier aplicación está virtualizada, nos comunicamos a través de diversas redes sociales y mundos virtuales (facebook, blogs o tuenti) o vemos como nace la ambiciosa televisión por Internet (televisión IP). Nos sentimos partícipes del mundo de la comunicación a través de la red y sentimos que el desarrollo tecnológico está al alcance de todos, pero desde una visión más objetiva, las empresas más amplias son las que tienen el “control”, un control que incluso a ellos se les escapa de las manos.

¿Diremos adiós a la imprenta, considerado el mayor medio de comunicación de masas? Interrogantes como éste son los que aún nadie se atreve a resolver y quizá sea porque la respuesta nos la dará el tiempo.

Muchos pros pero grandes contras. A pesar de que todo esto signifique una masificación del la información, Internet tiene grandes ventajas, pero también grandes riesgos. Son cada vez más los pronósticos negativos que se asientan en torno al mundo web, un problema de fondo en la red y del periodismo en red. Si se cumplieran algunos de los pronósticos más pesimistas, nos encontraríamos con una verdadera catástrofe digital: veríamos como la prensa desaparecería a favor de la información digital (muchos periódicos necesitan subvenciones para no cerrar, y los países se ven obligados a inventar nuevas estrategias para atraer al público); una reducción de la plantilla de las redacciones y del tamaño de los diarios, así como la aparición de los “periodistas sin título”·

Ni decir tiene que hoy en día Google es el gran gigante, que absorbe todo lo que le rodea, y crece con nuevas herramientas, prácticamente cada minuto.

¿Y qué será de los periodistas? Viene con fuerza y amenaza con arrasarlo todo: el periodismo ciudadano ¿es realmente periodismo? Nos planteamos eso con temor, sobre todo los que aspiramos a trabajar en un medio que parece pender de un hilo. Gracias a la creación de “este tipo” de periodismo, todos podemos difundir opiniones e información a través de un medio que hemos hecho nuestro. Una persona que escribe en un blog no tiene por qué ser un periodista, y la información que difunde no tiene por qué ser verdadera. Es posible que de ahí venga la dudosa credibilidad de toda la información que circula en Internet.

Los periodistas desaparecen a favor del gigante; es él el que selecciona, ordena y jerarquiza automáticamente la información con un criterio peligroso, los gustos de la gente, en lugar de un criterio formal. La máquina se rige por “lo más visto”, y hay una cosa clara: SIN PERIODISTAS NO HAY PERIODISMO.

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